Los proyectos Agile ayudan a gestionar las empresas de forma eficiente y eficaz. Agile es mucho más que una metodología para el desarrollo de proyectos que precisan de rapidez y flexibilidad, es una filosofía que supone una forma distinta de trabajar y de organizarse.
En 2001, un grupo de reconocidos expertos independientes crearon el “Manifiesto Agil”, con el objetivo de buscar alternativas a los procesos tradicionales de desarrollo de producto, caracterizados por la rigidez de su carácter normativo y su gran dependencia de la planificación detallada previa al desarrollo.
Los métodos agiles suponen una mentalidad y un comportamiento guiados por unos valores y unos principios comunes. De tal forma que cada proyecto se ‘trocea’ en pequeñas partes que tienen que completarse y entregarse en pocas semanas. El objetivo es desarrollar productos y servicios de calidad que respondan a las necesidades de unos clientes cuyas prioridades cambian a una velocidad cada vez mayor.
Y quizás, lo más interesante, es que la metodología Agile es aplicable a cualquier tamaño de empresa. Según Ángel Nájera, de WolfProject, “desde una micropyme total hasta una corporación. Cualquier empresa es susceptible de utilizar metodología Agile”.
En cualquier caso, lo importantes es tener una cultura ágil para el día a día, no hay un tamaño mínimo de empresa para la cultura agile, entendiendo que se necesitan equipos de al menos 4 personas.
Para cualquier empresa es necesario identificar los beneficios que obtiene cuando aplica cambios en sus procesos y desarrollos.
Según el Project Management Institute, PMI, “más de 1 millón de dólares se pierden por mala gestión en las empresas. Se malgastan esos importes por no manejar los proyectos de forma adecuada”. Por lo que hemos de ser conscientes de que debemos manejar las iniciativas ágiles de forma controlada, según Ángel Nájera.
La metodología Agile interrelaciona los proyectos y los productos que se crean dentro de cada proyecto tienen como fin crear un resultado que se mida en beneficios y que apoyen las líneas estratégicas de la organización.
Dividido en entregables y relacionado con las operaciones de la organización. Vemos como los proyectos apoyan para lograr los beneficios globales de la organización.
¿Se ha producido un cambio en los proyectos?
Desde WolfProject, su CEO, lo afirma de forma tajante. “Sí, y no sólo por el coronavirus. Antes de sufrir las consecuencias de esta pandemia, ya veníamos vislumbrando que las tecnologías estaban generando ciertos cambios. Además hay que tener en cuenta los entornos VUCA, en los que todo es volátil y cambiante y vemos que lo que hemos hecho hace cuatro meses ahora ya no nos funciona”.
No obstante, para valorar lo que necesitamos y cómo gestionar el cambio, hay que tener un espíritu crítico para saber qué es lo más adecuado para la organización.
Es imprescindible involucrar a todos los agentes y mantener su motivación. Generar una actitud de ser consciente de que puede cambiar y de esta manera, más que prevenir el cambio, se trata de apostar por el cambio, darle respuesta y adoptarlo de forma no traumática. Es una forma de ser disruptivo y lograr que las empresas agiles experimenten y prueben los prototipos para sacar al mercado productos/servicios que funcionen al máximo rendimiento.
Existen tres niveles en toda organización que tienen apoyan los proyectos Agile:
Dirección, de donde emanan las líneas estratégicas y la decisión.
Mandos intermedios, son la clave a la hora de implementar la agilidad ya que son quienes empujan y transmiten a los equipos las líneas estratégicas de la Dirección.
Equipos.
¿Qué sucede cuando el entorno cambia?
Hay que tener agilidad y ser adaptativo. Porque ser ágil es la habilidad que tiene la organización para responder al cambio y aprovecharse de un entorno de negocio turbulento. Agilidad es la habilidad para balancear flexibilidad y estabilidad. El cambio así entendido nos exige estar siempre pendiente del entorno, de nuestros competidores, siempre con un espíritu crítico para poner en cuestión lo que estamos haciendo.
Las empresas agiles experimentan de forma constante en qué estado se encuentran los proyectos y si es necesario corregir las desviaciones Porque no hay que dar por sentado que lo que funciona va a seguir siempre igual y es aquí donde el concepto de co-creación de valor influye de forma determinante en el sistema.
Hay que adaptar la estrategia a cada proyecto, aunque en ocasiones el mundo de las ideas es difícil de materializar.
Para poner en marcha metodologías Agile es necesario:
1.-Involucrar a los agentes. Identificar quienes pueden verse afectados e integrarlos en esa co-creacion de valor. Que sean partícipes en el proyecto.
2.-Crear equipos colaborativos e incluso autogestionados. Dotarlos de responsabilidad colectiva.
3.-Planificar como ser flexible y adaptable.
4.-Medir el valor.
5.-Entregar el proyecto de forma iterativa e incremental Identificar el valor y entregarlo lo antes posible.
Satisfacer al cliente con la entrega temprana y continua de prototipos o entregas de productos o servicios con valor. Se trata de pensar siempre en el cliente y ponerlo en el centro de todas nuestras acciones.
Los beneficios que aportan las metodologías Agiles tienen que ver con una mayor innovación y con:
Los equipos implicados en la metodología Agile tienen que estar centrados en demostrar el valor que va a aportar; cómo podría ser la organización y experimentar o crear prototipos, pequeñas iniciativas que no supongan un gran coste y que los equipos practiquen y se vayan contagiando.
Una metodología aplicable y escalable en cualquier empresa, por pequeña o grande que esta sea.
En esta sesión podrás ver la charla que mantuvimos con Ángel Nájera de WolfProject sobre gestión del cambio en las empresas a través de proyectos ágiles.
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