Aunque son muchos los estudios que se publican que muestran cómo la empresa española está colocando la ciberseguridad en un primer plano, como es el caso de la Madurez Digital de INCIPY o el último de IT Research en el que se analizan las futuras inversiones en TIC, todavía hay quién habla de la seguridad informática en términos futuristas.

En ese sentido, la amenaza podría ser mayor porque si bien resulta un tema complejo adelantarse a lo que puede venir, hacerlo desde una perspectiva en la que se supone que la amenaza no es real puede generar un caos importante en los negocios.

Invertir en seguridad implica crear la base de la prevención futura. Y no solo es una labor en la que deben implicarse seriamente las empresas, sino también los gobiernos de todo el mundo.

De hecho, desde Check Point consideran que este 2020 será el año en el que las mayores amenazas en términos de ciberseguridad afectarán sobre todo a los entes estatales y, mantendrán sus frecuencias o las incrementarán a dispositivos móviles.

Aunque seguirán existiendo amenazas pasadas que se focalizarán en nuevas fórmulas para hacer con datos mucho más sofisticadas, llama la atención el acuerdo de los expertos por formular los dispositivos móviles y los ataques a gobiernos y países como grandes retos de este año en lo que a ciberseguridad se refiere.

Los dispositivos móviles llevan en el punto de mira desde hace tiempo, pero la sofisticación con la que se mueven los hackers los convierte en realmente vulnerables. Al existir cada vez una mayor cantidad de ellos, y poder acceder a la práctica totalidad de individuos que los utilizan, los cibercriminales encuentran en ellos un objetivo realmente tentados.

No se prevé que las cosas cambien a mejor sino más bien que el malware enfocado al robo de datos de pago y credenciales sea aún más avanzado. También destaca la alerta sobre los ataques de phishing siendo mucho más sofisticados para engañar a los usuarios y hacer que hagan click en los mismos.

Hace poco que la Comisión Europea mostró su preocupación por la llegada del 5G con las ventajas que tiene, ya que formulaba en un informe la posibilidad de que los hackers aprovechen algunas de ellas para atacarse entre países.

Por ello, la preocupación manifiesta no solo está en el mundo de las empresas, algo que ha ido en constante aumento en los últimos años, sino también de cara a que los estados tomen las adecuadas precauciones y se protejan de una manera activa.

Viejos conocidos como el phishing y el ransomware se convierten en estrategias mucho más avanzadas.

En el caso del primero, hay muchas más fórmulas para engañar a los usuarios que ofrezcan datos personales o credenciales. Los mensajes SMS y las conversaciones en social media, así como las plataformas de gaming son los nuevos focos de estas cuestiones.

Respecto al segundo, el número de secuestros no hace sino incrementarse, así como el número de rescates que se solicitan.

Extremar las precauciones ya no es solo una cuestión de las compañías que se dedican a estas cuestiones, sino de todos.

No es la primera vez que se pone de manifiesto el tema de que es necesario que la población se conciencie de lo necesario que resulta verificar las informaciones y prestar mucha atención a lo que se recibe en el móvil y en el correo contrastando las fuentes.

Son muchos los ataques masivos que no se producen por grandes problemas de seguridad en las infraestructuras, sino por descuidos de los usuarios. Y esto no se puede prevenir sino buscando el modo de que todas las personas comprendan lo fundamental que resulta huir de bulos, escapar de premios y supuestos beneficios no solicitados previamente y solo acceder a la banca a través de los canales oficiales.

Con esto, sin duda las posibilidades de los hackers se reducirían de modo considerable y sería más fácil para organizaciones privadas y públicas contener los problemas futuros.