Cuando una persona responsable de la creación de contenidos de una empresa recibe la orden de escribir un texto, esta tiene un fin específico. Puede ser responder a las dudas de un usuario, fomentar las ventas de un producto, informar sobre un nuevo evento, etc. En cualquier caso, es imprescindible que dicho artículo tenga un buen posicionamiento, para que consiga el mayor alcance posible. Por ello, es importante conocer cómo redactar un post orientado al SEO.
Al igual que cualquier otro tipo de escritura, redactar un post orientado al SEO requiere habilidad. Para mantener interesado al lector, se debe pensar en la estructura y en crear contenido atractivo. Así, se le está ayudando a comprender el concepto central de una publicación.
Si las personas entienden y les gusta un artículo, es más probable que interaccionen con él y lo compartan, algo que mejorará su clasificación.
Para muchas personas, escribir un artículo de SEO o hacerlo para atraer y cautivar a la audiencia son dos cosas distintas. Esto es un grave error que, además, tiene consecuencias negativas en el posicionamiento.
Si un contenido no es del gusto del lector, este abandonará la web de forma prematura. Como efecto, la autoridad de la página ante Google cae. Por ejemplo, un uso excesivo de palabras clave puede dificultar la legibilidad. Estos son algunos de los trucos más utilizados para redactar un buen post orientado al SEO.
Si una publicación no está clasificada por las palabras clave correctas, se está perdiendo el tiempo. Antes de comenzar a escribir, hay que pensar qué términos utilizarían los usuarios si estuvieran investigando sobre el tema que se va a debatir.
Una vez seleccionada la palabra clave, se debe investigar sobre ella. Por ejemplo, es imprescindible saber si el volumen de búsquedas es lo suficientemente importante como para justificar una inversión. Además, hay que comprender la intención del usuario (lo que quiere cuando usa ese término). Por último, se debe valorar si se dispone de los recursos necesarios para construir algo que pueda competir con el contenido que ya aparece en los resultados de búsqueda.
Este punto es realmente un paso previo, pero ineludible. Si no se tiene claro el mensaje, qué se quiere decir o responder, es imposible crear un buen contenido. Un gran consejo es anotar en un papel cuál es el propósito del artículo y qué se quiere conseguir que hagan los lectores al llegar al final de la página.
Otro paso antes de empezar a escribir es crear una estructura clara. Todos los artículos deben tener un tipo de introducción, un cuerpo en el que se elabora el mensaje principal y una conclusión a modo de resumen.
Todo el mundo utiliza párrafos para separar partes del artículo, pero pocos lo hacen bien. Tiene que haber una razón lógica para cada salto. Es decir, cada sección debe tener su propia idea o tema.
Un buen truco para saber cómo separar párrafos es intentar resumir cada uno con una sola oración. Si esto es imposible y se necesitan varias, quiere decir que esa parte del texto necesita más separaciones.
Los encabezados estructuran toda la página, así que deben usarse. Son importantes no solo para la legibilidad, sino también para redactar un post orientado al SEO. Los títulos ayudan a Google a captar los temas principales de una publicación larga y, por lo tanto, influyen en su clasificación. Además, favorecen que los lectores encuentren su camino a través del texto y les guían para poder escanear el contenido y aclarar la estructura.
Algunos de los encabezados deben contener las palabras clave, pero no todos. Esto resultaría en un texto torpe y antinatural, lo que provocará una reacción negativa en la gente.
Las palabras de señal ayudan a escanear el texto y captar las ideas principales. Digamos, por ejemplo, que hay tres razones por las cuales las personas pueden comprar su producto. En ese caso, se debería usar palabras conectoras como: ‘primero de todo’, ‘segundo’ y ‘finalmente’. Además, otras como “sin embargo”, “seguro” y “de hecho” dan pistas claras a los lectores. De esta manera saben instantáneamente que obtendrán una conclusión después de términos como “consecuentemente”, “así que” o “por esta razón”.
Los artículos deben tener un mínimo de 300 palabras. A Google le gustan los contenidos extensos, sin embargo, si un texto es demasiado largo, puede asustar al lector. La longitud ideal es de alrededor de 700 palabras. Además, como regla general, se debe tratar de que los términos de búsqueda ocupen aproximadamente entre el 1 y el 2% del total.
Si ya se ha escrito contenido sobre el mismo tema que la publicación actual, es importante vincularlo. Esto aumentará el valor del post porque se muestra cierta autoridad sobre el tema. Además, la estructura de enlaces también es clave para el rango en Google. Y, por supuesto, los lectores también pueden estar interesados en leer más aspectos relacionados.
Agregar nuevo contenido es una de las técnicas que se debe hacer posteriormente a la redacción de un post orientado al SEO. Esto le demuestra a Google que el sitio web está activo. De lo contrario, el motor de búsqueda lo rastreará con menos frecuencia, y esto podría afectar negativamente a la clasificación.
Los días en que simples trucos de SEO eran suficientes para que un sitio web tuviera una buena posición en Google han desaparecido. Hoy en día, el contenido de calidad es el rey. Además, este genera más Me gusta y acciones de Facebook, tweets y visitantes que regresan a la página. Para conseguirlo, es imprescindible optimizar lo máximo posible y escribir post orientado al SEO.
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