La ciberseguridad es la práctica de defender las computadoras, los servidores, los dispositivos móviles, los sistemas electrónicos, las redes y los datos de ataques maliciosos. También se conoce como seguridad de tecnología de la información o seguridad de la información electrónica. El término se aplica en diferentes contextos, desde los negocios hasta la informática móvil, y puede dividirse en algunas categorías comunes.
Las ciberamenazas mundiales siguen desarrollándose a un ritmo rápido, con una cantidad cada vez mayor de filtraciones de datos cada año. En un informe de RiskBased Security, se reveló que unos alarmantes 7900 millones de registros han sido expuestos por filtraciones de datos solo en los primeros nueve meses del 2019. Esta cifra es más del doble (112 %) de la cantidad de registros expuestos en el mismo período durante el 2018.
Los servicios médicos, los minoristas y las entidades públicas fueron los que sufrieron más filtraciones, y los delincuentes maliciosos fueron los responsables de la mayoría de los incidentes. Algunos de estos sectores son más atractivos para los cibercriminales, ya que recopilan datos financieros y médicos, aunque todas las empresas que utilizan las redes pueden ser atacadas para robarles datos de clientes, hacer espionaje corporativo o lanzar ataques a sus clientes.
Dado que las dimensiones de la amenazas cibernéticas seguirán aumentando, el gasto global en soluciones de seguridad cibernética también crecerá en proporción. Gartner predice que el gasto mundial en ciberseguridad alcanzará los 188 300 millones de dólares en 2023 y sobrepasará los 260 000 millones en 2026. Los gobiernos de todo el mundo han respondido a las crecientes ciberamenazas con orientaciones para ayudar a las organizaciones a aplicar prácticas eficaces de ciberseguridad.
En Estados Unidos, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) ha creado un marco de ciberseguridad. Para contrarrestar la proliferación de código malicioso y ayudar en la detección temprana, en el marco se recomienda el monitoreo continuo y en tiempo real de todos los recursos electrónicos.
La importancia de la vigilancia de los sistemas se refleja en los “10 pasos para la ciberseguridad”, orientación proporcionada por el Centro Nacional de Seguridad Cibernética del Gobierno del Reino Unido. En Australia, el Centro Australiano de Seguridad Cibernética (ACSC) publica periódicamente orientaciones sobre la forma en que las organizaciones pueden contrarrestar las últimas amenazas a la ciberseguridad.
Las amenazas a las que se enfrenta la ciberseguridad son tres:
Pero ¿cómo consiguen los agentes malintencionados el control de los sistemas informáticos? Estos son algunos de los métodos comunes utilizados para amenazar la ciberseguridad:
“Malware” se refiere al software malicioso. Ya que es una de las ciberamenazas más comunes, el malware es software que un cibercriminal o un hacker ha creado para interrumpir o dañar el equipo de un usuario legítimo. Con frecuencia propagado a través de un archivo adjunto de correo electrónico no solicitado o de una descarga de apariencia legítima, el malware puede ser utilizado por los ciberdelincuentes para ganar dinero o para realizar ciberataques con fines políticos.
Hay diferentes tipos de malware, entre los que se incluyen los siguientes:
Una inyección de código SQL (por sus siglas en inglés Structured Query Language) es un tipo de ciberataque utilizado para tomar el control y robar datos de una base de datos. Los cibercriminales aprovechan las vulnerabilidades de las aplicaciones basadas en datos para insertar código malicioso en una base de datos mediante una instrucción SQL maliciosa. Esto les brinda acceso a la información confidencial contenida en la base de datos.
El phishing es cuando los cibercriminales atacan a sus víctimas con correos electrónicos que parecen ser de una empresa legítima que solicita información confidencial. Los ataques de phishing se utilizan a menudo para inducir a que las personas entreguen sus datos de tarjetas de crédito y otra información personal.
Un ataque de tipo “Man-in-the-middle” es un tipo de ciberamenaza en la que un cibercriminal intercepta la comunicación entre dos individuos para robar datos. Por ejemplo, en una red Wi-Fi no segura, un atacante podría interceptar los datos que se transmiten desde el dispositivo de la víctima y la red.
Un ataque de denegación de servicio es cuando los cibercriminales impiden que un sistema informático satisfaga solicitudes legítimas sobrecargando las redes y los servidores con tráfico. Esto hace que el sistema sea inutilizable e impide que una organización realice funciones vitales.
¿Cuáles son las ciberamenazas más recientes contra las que deben protegerse las personas y las organizaciones? A continuación, se presentan algunas de las ciberamenazas más recientes comunicadas por los gobiernos de Estados Unidos, Australia y el Reino Unido.
En diciembre del 2019, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DoJ) imputó al líder de un grupo de cibercriminales organizados por su participación en un ataque global del malware Dridex. Esta campaña malintencionada afectó al público, al gobierno, a la infraestructura y a las empresas de todo el mundo.
Dridex es un troyano financiero que posee diferentes funcionalidades. Desde el 2014, afecta a las víctimas e infecta a las computadoras a través de correos electrónicos de phishing o malware existente. Es capaz de robar contraseñas, datos bancarios y datos personales que pueden utilizarse en transacciones fraudulentas, y ha causado pérdidas financieras masivas que suman cientos de millones de dólares.
En respuesta a los ataques de Dridex, el Centro Nacional de Seguridad Cibernética del Reino Unido aconseja a las personas que “se aseguren de que los dispositivos estén actualizados y los antivirus estén activados y actualizados, y de que se realicen copias de seguridad de los archivos”.
En febrero del 2020, el FBI advirtió a los ciudadanos de EE. UU. que tuvieran cuidado con el fraude a la confianza que los cibercriminales cometen a través de sitios de citas, salas de chat y aplicaciones. Los perpetradores se aprovechan de las personas que buscan nuevas parejas y engañan a las víctimas para que proporcionen sus datos personales.
El FBI informa que las ciberamenazas románticas afectaron a 114 víctimas de Nuevo México durante 2019, cuyas pérdidas financieras sumaron 1 600 000 dólares.
A finales del 2019, el Centro Australiano de Seguridad Cibernética advirtió a las organizaciones nacionales sobre la ciberamenaza mundial generalizada del malware Emotet.
Emotet es un sofisticado troyano que puede robar datos y también cargar otros malware. Emotet se aprovecha de las contraseñas poco sofisticadas y es un recordatorio de la importancia de crear una contraseña segura para protegerse de las ciberamenazas.
La protección del usuario final o la seguridad de endpoints es un aspecto fundamental de la ciberseguridad. Después de todo, a menudo es un individuo (el usuario final) el que accidentalmente carga malware u otra forma de ciberamenaza en su equipo de escritorio, laptop o dispositivo móvil.
Por tanto, ¿de qué manera protegen las medidas de ciberseguridad a los usuarios finales y los sistemas? En primer lugar, la ciberseguridad depende de los protocolos criptográficos para cifrar los correos electrónicos, archivos y otros datos críticos. La ciberseguridad no solo protege la información en tránsito, también ofrece protección contra las pérdidas o el robo.
Además, el software de seguridad del usuario final analiza las computadoras para detectar código malicioso, pone en cuarentena este código y lo elimina del equipo. Los programas de seguridad pueden incluso detectar y eliminar el código malicioso oculto en el registro de arranque maestro (MBR) y están diseñados para cifrar o borrar datos del disco duro de la computadora.
Los protocolos de seguridad electrónica también se enfocan en la detección de malware en tiempo real. Muchos utilizan el análisis heurístico y de comportamiento para monitorear el comportamiento de un programa y su código para defenderse de virus o troyanos que pueden cambiar de forma con cada ejecución (malware polimórfico y metamórfico). Los programas de seguridad pueden restringir los programas que puedan ser maliciosos en una burbuja virtual separada de la red del usuario para analizar su comportamiento y aprender a detectar mejor las nuevas infecciones.
Los programas de seguridad continúan desarrollando nuevas defensas mientras los profesionales de la ciberseguridad identifican nuevas amenazas y formas de combatirlas. Para aprovechar al máximo el software de seguridad del usuario final, los empleados deben aprender a utilizarlo. Lo fundamental es mantenerlo en funcionamiento y actualizarlo con frecuencia para que pueda proteger a los usuarios de las ciberamenazas más recientes.
¿Cómo pueden las empresas y las personas protegerse contra las ciberamenazas? A continuación, presentamos nuestros mejores consejos de ciberseguridad:
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