Han transcurrido 10 años desde que hicimos ese trabajo y más de una década desde el brote de gripe A. Eneste periodo de tiempo los smartphones han colonizado el planeta, convirtiéndose en nuestros compañeros inseparables, la Inteligencia Artificial ha penetrado en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida e incluso hemos construido coches sin conductor.
Sin embargo, me temo que no hemos sido capaces —una vez más— de aprovechar los móviles y sus datos para ayudarnos a tomar mejores decisiones en el contexto de la pandemia del Covid-19.
Por supuesto que el análisis de los datos de los móviles no puede directamente asistir ni compararse con el trabajo heroico y admirable de los profesionales sanitarios que están trabajando a contrarreloj.
Sin embargo, podría ser de gran valor para ayudarnos a planificar mejor los recursos, a entender la afectividad de distintas medidas públicas de contención de la movilidad y a predecir de manera más precisa la propagación de la enfermedad.
Sabemos que la movilidad humana es uno de los factores clave que contribuyen a la propagación de las enfermedades infecciosas. Si no nos movemos, contagiando en el proceso a otras personas ocontagiándonos nosotros, la enfermedad infecciosa no se propaga. Y precisamente gracias a la ubicuidad delos móviles podemos cuantificar la movilidad humana a gran escala, preservando al mismo tiempo la privacidad de las personas.
Además, en análisis de los niveles de actividad en las torres celulares durante un determinado periodo detiempo nos permite estimar el número de personas en cada una de las áreas de cobertura de las torres celulares, detectando por ejemplo aglomeraciones de personas y potenciales puntos calientes de propagación de la enfermedad. Y aunque estos datos no son perfectos, nos proporcionan información sumamente valiosa que sería inviable captar de otra manera o seria extremadamente costoso.
La mayor preocupación que puede suscitar el uso de los datos de móviles es la implicación en la privacidad, especialmente dado el ejemplo de China, donde han utilizado con éxito los móviles para contener la epidemiade Covid-19 pero con serias consecuencias para la privacidad de las personas.
Sin embargo, esta preocupación debería ser mínima. Hay numerosos proyectos por parte de distintos equipos académicos que demuestran que pueden analizarse datos de movilidad humana agregada preservando la privacidad. Este tipo de datos suelen analizarse siempre en modo agregado (es decir, agrupando datos de miles de personas, nunca a nivel individual) y pseudo-anonimizado (es decir, eliminando cualquier información personal).
El potencial para tener impacto positivo es inmenso. Podemos ayudar a salvar vidas. Podemos contribuir atomar mejores decisiones, decisiones basadas en la evidencia, que nos permitan encontrar el necesariobalance entre la implementación de intervenciones que limitan la movilidad con un gran coste económicoasociado y el retraso y disminución del pico de la pandemia.
Es momento para aunar esfuerzos, buscar sinergias y compartir visiones. Juntos, tanto instituciones públicascomo el sector privado y la sociedad civil, podemos contribuir a ralentizar lo que parece inevitable. Es tiempoganado para estar más preparados. Todos tenemos móviles. Defendamos su uso para el bien común.
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