Un adecuado nivel de inventario es una garantía de funcionamiento, y es clave para la competitividad, ya que las existencias nos permiten dar respuesta inmediata a las necesidades de nuestros clientes.
Pero el inventario supone también coste y riesgo, por lo que su optimización ha sido siempre uno de los grandes retos de las organizaciones. Y los entornos caóticos actuales lo han convertido en un desafío cada vez mayor.
Nos enfrentamos a un doble objetivo:
- Contar con stock para poder ofrecer un buen nivel de servicio
- Minimizar la inversión y el riesgo que represente dicho stock. ¿Qué podemos hacer para conseguir el equilibrio entre estos 2 objetivos aparentemente contradictorios?
La solución para conseguir el equilibrio entre ambos objetivos son: los procesos de previsión de la demanda y planificación del aprovisionamiento, junto con una adecuada política de inventarios.
Para ello, existen nuevas metodologías de gestión más adecuadas a los entornos actuales, y disponemos de tecnologías que nos facilitan una mejor toma de decisiones y una gestión controlada de procesos y operaciones.